Amanecía y todos nuestros participantes estaban en la plaza, principalmente los del concurso de gaita larga aficionada que iniciaron en tarima su participación en la 39a edición, solo faltaban aquellos que por el cansancio o sueño se fueron a dormir a sus viviendas, pero solo por un rato, mientras iniciaba la alborada, evento de gran trascendencia en el Festival Nacional de Gaitas “Francisco Llirene” que naciera por iniciativa de la primera junta directiva quienes en agradecimiento por el apoyo recibido, decidieron ofrecerla a los ovejeros.

Las velas se apagaban al despunte del alba del sábado que gustoso regalaba un clima suave y montemariano que invitaba al jolgorio, a la risa, al compartir y al despliegue de tambores, gaitas y vestuarios coloridos venidos de diferentes departamentos a su cita anual con el saber, porque no es sólo caminar por cumplir con el reglamento, es una manera de liberar el cuerpo y la mente al son de la música ancestral y el colorido de nuestros danzantes.

Nuestro equipo logístico preparaba su intervención durante el recorrido para confirmar la participación activa de los invitados al certamen más esperado de cada edición: la alborada. Una vez iniciado el recorrido, no hubo reparos ni cansancio para brindarse la oportunidad de sumergirse en el mejor ambiente de fraternidad gaitera que brinda la Universidad de la Gaita a propios y visitantes. Pendón, pancarta o cartelera en mano, los grupos y las parejas bailadoras recorrieron las calles del municipio acompañados de visitantes asiduos que finalizando el recorrido recibieron agua bendita venida del cielo.

Hubo tiempo de descansar un rato porque en la Universidad de la Gaita no se duerme porque te pierdes de actividades enriquecedoras del mundo gaitero. Una vez se almuerza, se disponen todos los grupos a realizar la presentación en privado para mostrar muy de cerca y sin equipos amplificadores, todo el poder de los pulmones y las manos al ejecutar los ritmos exigidos para calificar. Es el momento en el que todo un año de prácticas y ensayos se condensa.

De manera casi simultánea, las agrupaciones musicales y los bailadores en las categorías infantiles y juveniles se toman la tarima del evento para mostrar al público y al jurado calificador todos los avances obtenidos en sus procesos de formación. Para el festival es muy importante la participación de nuevas generaciones ya que asegura la preservación de manifestaciones culturales y la transmisión de saberes.

LLegada la noche, el turno le corresponde a los compositores, bailadores de categorías aficionada y profesional, decimeros y grupos de gaitas profesionales y de corta única. Cada uno realiza su presentación en la tarima oficial “Francisco Llirene” esperando obtener calificaciones suficientes para pasar a la siguiente ronda mientras deleitan al público asistente y virtual con sus canciones.

Fue el día mas largo en el evento, pero vale la pena vivirlo en la Universidad de la Gaita, donde se comparten experiencias y saberes que marcan la vida de quienes anualmente visitan a Ovejas para disfrutar del Festival Nacional de Gaitas “Francisco Llirene”.